Abraham Benjumea | Cien vistas al sol
CIEN VISTAS AL SOL
Abraham Benjumea
新しい太陽
光の季節のもとに目が覚めたら
まずは深呼吸
あくびが出ればラッキー
からだの隅々まで新鮮な細胞に変わる
空は眠たげな青リンゴの色
遠くには人のいない古い家が見える
水は生き物たちが好きな夏の匂いがする
私はさっきまでどこにいたんだっけ、と考える
私は泣いてたんだっけ、それとも幸せだったんだっけ、どっちもかな
色々なことに判断を下していた気がする
今日もきっとそんな1日なんだろうな
毎日毎日、どんなところで、誰とどんなことを喋ったか忘れてしまう
クレーの「忘れっぽい天使」にモデルがいるといいな…
多くの物事が過ぎさっていく
私は目の荒い網
それは実は大きな大きな網
他のどんなことよりも大きな事を捕まえられる
私は愛を学んでいる、少しずつ
新しい太陽に向かって船を漕ぐ
五十嵐あきら
El nuevo sol
Si te despiertas en la estación de la luz
Lo primero es respirar hondo
Bostezar es de buena suerte
Cada rincón de tu cuerpo se llenará de células renovadas
El cielo es del color de una manzana verde somnolienta
Puedo ver lejos de aquí una casa antigua y desocupada
El agua tiene olor a verano, el favorito de todos los seres vivos
Me pregunto dónde estaba un tiempo atrás
Creo que he tomado muchas decisiones
¿Estaba llorando o sonriendo?
Quizás las dos son felicidad
Hoy será un día como cualquier otro
Cada día, En qué lugar, olvido a quien le he hablado y sobre qué
Desearía que hubiese un modelo para el “ángel olvidadizo” de Klee…
Muchas cosas pasan por mi cuerpo
Soy una red áspera
En verdad una gran gran red
Puedo atrapar cosas grandes más que nada
Poco a poco, he descubierto que estoy aprendiendo a amar
Remo en un bote hacia el nuevo sol
Akira Igarashi
En mi cuarto hay un libro que se llama El Sol. Hay un barril metálico en miniatura, donde pongo varios esferas y lápices, que tiene la inscripción SUNOCO. También encuentro un álbum de vinilo que se llama Rising Sun. Otro disco que dice SUN-RA y un recorte de una imagen cósmica con u pequeño pie de página que dice “fig. 7. lluvia solar”. Pienso en que el sol está presente en todo. No solo en todas partes de la tierra, no solo en todas partes del universo, sus rayos se tardarán pero seguro llegan hasta el borde de la expansión cósmica, si no en todos nosotros. No solo físicamente sino como símbolo. En algún momento todos adoramos al sol. La humanidad eternamente adorará al sol y lo intentará representar. Abraham lo hizo, miró hacia arriba de cien maneras distintas y afortunadamente no se quemó los ojos. Mirar al sol y fijarlo es una tarea difícil, La tierra gira alrededor del él, al tiempo que él rota sobre sí mismo, sus rayos cambian de color de acuerdo a donde se encuentre respecto a nosotros. A veces me imagino que Abraham hizo todas las vistas en un día y de un solo tirón, y aun así se quedaría infinitamente corto para representar todos los posibles soles. Puede sonar redundante y simplón pero Abraham pintó el sol usando el sol. con pigmentos orgánicos provenientes de plantas que fueron alimentadas por el sol y con pigmentos minerales óxidados y envejecidos por el sol, ambos grupos suspendidos en aceite y untados sobre tela o retablos. Todo lo que toca el sol lo cambia. Cada tono, cada piel, cada vista. Es verdad, uno puede decir que toda esta exposición viene de los maestros japoneses y de sus reproducciones múltiples, de la xilografía (Ukyo-e), y hablar de la influencia de estos en los impresionistas, hasta decir que el video es una forma de grabado contemporáneo, todo con el fin de trazar una línea histórica que llegué a Abraham en su cuarto en Cedritos pintando soles. Pero hay que darse cuenta de que, por más repetición de motivo, estas obras están lejos de ser reproducción; la xilografía no comporta una absoluta libertad de expresión, sino que es una operación artesanal que opera bajo ciertas limitaciones.
La pintura pura es una expresión directa de la individualidad, mientras que la artesanía constituye una expresión indirecta. Hay que alejarse del puro contexto, lo importante en la obra de Abraham es la descontextualización. Aislar al sol de cualquier lugar en específico, ojo no abstraerlo totalmente, sino extraerlo de situaciones individuales, volverlo luz, volverlo color, mezclarlo con palabras y con caracteres Katakana, Hirgana y Kanjis. Es posible recrear un movimiento cuadro a cuadro, de los cambios y apariciones de la estrella (Sí, el sol es el y ella) en pintura. El sol en un plano general al alba. Desciende a tumbos del cielo y se posa en una composición vibrante. Después se vuelve una bola roja algo oculta tras una permutación de colores oscuros. Un sol reptando tras un horizonte. Sospechosamente oscuro se asoma desde el subsuelo. Un sol blanco entra derrapando a un cuadro por la izquierda, y desaparece en otro por la derecha. Aparece como rayos, causando una tormenta iluminada tras ventanas y árboles. Parte de un sol amarillo-naranja en primer plano. Centrado y más cerca se puede ver un sol entero. En un primer plano, un árbol es sacudido por un ventarrón soleado. El sol se vuelve postal, esparciéndose y distribuyéndose para todos y por todas partes. Un sol rosado viene hacia nosotros, da la vuelta a la esquina, subiendo en escalera vuelve a doblar en la otra y desaparece. Se vuelve letra, se vuelve número, se vuelve trazo. Creando una sacudida de imágenes que suceden una tras otra en un montaje fluctuante. Una sucesión de imágenes, sin narrativa y sin ningún motivo más que constantemente perder y encontrar al sol en sus permutaciones y movimientos propios. Abraham es la lluvia solar, el rayo cósmico, la expresión directa.
Nicolás Barrera Martínez
Yanagi, Soetsu. La belleza del objeto cotidiano. Barcelona: Editorial GG, 2020. p.143